Bienvenidos a la localidad de Aguaviva, la puerta al Bajo Aragón desde la vecina provincia castellonense. Situada en la depresión de Mas de las Matas, los ríos Guadalope y Bergantes discurren por sus tierras, en cuyas aguas seguramente se situará el origen del nombre de la villa.
Aguaviva se localiza en su actual emplazamiento tras la reconquista cristiana de Alfonso II en el siglo XII. Pasará a dependiente de la Encomienda de Castellote, primero bajo el control de la Orden del Santo Redentor, seguido de la Orden del Temple y finalmente de la orden sanjuanista.
En el siglo XVII Aguaviva se independiza de La Ginebrosa, de la que era barrio, y posteriormente pasa a formar parte del Corregimiento de Alcañiz. Asimismo, muy importante fue la batalla que en sus calles se libre en 1838, durante la primera guerra carlista, de cuyo enfrentamiento las tropas gubernamentales salieron victoriosas.
En la actualidad, Aguaviva da testimonio de su presente y su pasado. Si caminamos por sus calles pronto nos topamos con su bella plaza de España, porticada ya dos alturas, unidas a través de una escalinata.
Si continuamos explorando veremos otros ejemplos de arquitectura civil, como los palacetes renacentistas que salpican su casco urbano, entre los que destaca la Casa Mir, situada en la Calle Larga. Sobresale, entre la homogeneidad de los tejados de Aguaviva, la Iglesia parroquial. Magnífico templo barroco, dedicado a San Lorenzo, que se alza en la plaza Mayor. Construida en el siglo XVII, enteramente en piedra sillar, la iglesia presenta planta rectangular de tres naves y cabecera poligonal. Destacan su espléndida torre-campanario, la Capilla del Misterio y la portada lateral, flanqueada por dos misteriosas figuras femeninas de colas serpenteantes. Completan el patrimonio eclesiástico de Aguaviva sus dos ermitas barrocas, localizadas en las inmediaciones de la villa, datadas en el siglo XVII, y erigidas en advocación a San Gregorio y Santa Bárbara. Finalmente, en un municipio tan relacionado con el agua, no podían faltar interesantes ejemplos de patrimonio hidráulico: el antiguo molino harinero, construido en 1738; la nevera, integrada en la ruta de "las bóvedas del frío"; el puente de Cananillas, recientemente restaurado; o el conjunto formado por la fuente y el lavadero.
El ciclo festivo comienza en enero con San Antón, donde el encendido de la hoguera y la bendición de animales son los protagonistas. En febrero, las mujeres celebran con entusiasmo Santa Águeda, una fiesta con gran arraigo popular. Poco después, el Carnaval llena de colorido y disfraces la población.
Con la llegada de la primavera, la Semana Santa aúna devoción y tradición popular. El 23 de abril, Aguaviva se suma a la festividad de San Jorge, patrón de Aragón.
En agosto tienen lugar las fiestas patronales en honor a San Lorenzo, caracterizadas por su ambiente festivo, música y actos populares. A finales de ese mes se celebran San Agustín y el Santísimo Misterio: Fiesta de Interés Turístico de Aragón desde 2017 y Bien de Interés Cultural desde 2024. Es una cita ineludible en la que tienen un gran protagonismo las alfombras de colores que dan singularidad a la procesión del Santísimo Misterio.
En otoño, el municipio acoge la Feria de Productos y Servicios del Medio Rural, un espacio de encuentro y dinamización económica que pone en valor el entorno rural y sus recursos. Finalmente, en diciembre, se cierra el año con la festividad de Santa Bárbara.
ENLACES RECOMENDADOS
Más información sobre el Patrimonio de Aguaviva
Catálogo Artístico y Monumental. CAMCBA
Catálogo Fiestas y Tradiciones. CAMCBA
Catálogo Paisajístico y Medioambiental. CAMCBA
20 pueblos 20 citas . El Santísimo Misterio.